Luego de mucho tiempo retomo este medio de comunicación, en el que comparto mi amor incondicional hacia los perros. Este Amor hacia los perros es un amor reciente, ya que hace algunos años los perros no me simpatizaban, pero fuí conquistada por ellos, al punto de llegar a endeudarme para poder pagar tratamientos de perros rescatados, es que ya no puedo ser indiferente, si veo un perro perdido, herido, no puedo continuar me detengo y lo rescato, luego les busco un hogar, ya no recuerdo cuántos perros he rescatado han sido muchos aunque a algunos de ellos no he logrado encontrarles un hogar, pero no los he abandonado, viven conmigo, somos una manada de 10 perros y yo.
Rescatar un perro es una experiencia sumamente conmovedora, hay dolor, angustia, impotencia y al final la emoción de recibir esa mirada de gratitud, de Amor infinito que te obsequia ese ser que apenas conoces y para quien ya eres su mundo, son muchas las historias de rescate que he vivido, hoy quiero compartir la historia de 2 hermanitos a quienes casi atropello, los habían abandonado en una ruta transitada, desnutridos y cubiertos de hongos, especialmente el machito. Los rescaté y por lo delicado de su estado no pude dejarlos en la Veterinaria ya que corrían mucho riesgo de contraer alguna enfermedad, fué así que los traje a mi casa y comencé a recuperarlos, por supuesto con supervisión de profesionales.
Hace ya más de 2 años de este rescate y ellos aún viven conmigo, procuré un hogar para ellos pero querían adoptarlos por separado y yo quería que sigan juntos, como no encontré quién los adopte juntos, decidí que formen parte de mi manada.
Aquí les comparto una imágen del momento en que los rescaté, luego una imágen de Caetano donde se aprecia el estado deplorable en el que se encontraba, otra imágen de Caetano en sus primeros días de recuperación y luego Caetano ya un perro completamente sano y feliz y su hermana Bethania, bella y feliz
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